Swordmaster...

Eres especial... cualquiera no puede llegar a poseer tu rango. Hacen falta unas cualidades físicas y mentales innatas en el interior de cualquier ser que sueñe algun día alcanzar el rango de maestro de espadas... maestro en el combate cuerpo a cuerpo, en la esgrima, en la disciplina y en la concentración. Maestro en saber elegir cada movimiento, cada paso para que el siguiente ataque sea el último, el definitivo.

Hoy recluido en las paredes de la academia de combate más prestigiosa de tu reino, un día fuiste el más diestro de los guerreros en combate, y tus hazañas, fueron nombradas entre jarras de hidromiel y jocosa música. Cambiaste la espada y la armadura por las buenas maneras, el bien vestir y algo de diversión... bien merecida después de tantos años...

Maestro en saber cambiar la pesadez de una armadura de combate, por la ligereza del sutil movimiento, la velocidad de un rayo y el instinto de ser un enemigo implacable.Pero no sólo del combate vive un maestro de espadas, pues és sin duda alguna, un referente para el resto de seres que habitan a su alrededor, un rango que eleva la posición de una casa, el legado de una familia, la fama de un rey...
Pues sin duda alguna será la admiración de niños, que soñarán cuando lo vean pasar con aventuras similares a las que él habrá vivido, soñarán con ser alumnos del más famoso de los guerreros del reino... el que enseña a los demás guerreros... el que los instruye para saber defender su hogar... su reino....
Hoy quiero recordar a aquellos que instruyeron, que enseñaron y que aconsejaron a hombres y no tan hombres obligados por un tiempo a cojer a la fuerza una espada y un escudo. Obligados sí o sí por que su rey lo requería, su reino lo necesitaba.
Mis repetos sowordmaster... sin tus clases de esgrima, sin la gracia de tus movimientos, sin tu destreza con la espada y sin tu carisma, reinos enteros yacerían ahora la más profunda de las tinieblas...